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jueves, 20 de mayo de 2010

Moom Zoo

Publicado en CaosyCiencia.com

por Angel Gómez Roldán
el 20-05-2010

La última vez que los seres humanos caminaron sobre la Luna fue en la misión Apollo 17 en diciembre de 1972. Hoy, más de 37 años después, una interesante iniciativa invita a cualquier persona a convertirse en “astronauta virtual”. El objetivo es regresar a la superficie lunar para colaborar en la resolución de importantes preguntas científicas sobre el satélite natural de la Tierra. Y lo mejor de todo es que no hace falta ni traje espacial ni vehículo interplanetario: en nuestro mundo dominado por la red de redes, lo único necesario es entrar en www.moonzoo.org y comenzar a explorar la Luna con una precisión inédita gracias a las imágenes en alta resolución (se distinguen detalles de hasta sólo 50 centímetros de diámetro) obtenidas por la sonda Lunar Reconnaisance Orbiter (LRO) de la NASA, que orbita en torno a ella a 50 kilómetros de altura desde junio de 2009.

¿Qué es Moon Zoo? Se trata de un proyecto en la web desarrollado por la Citizen Science Alliance (CSA), un grupo de prestigiosos organismos de investigación, universidades y museos de ciencia de Estados Unidos y el Reino Unido. La CSA ya ha desarrollado iniciativas tan exitosas como Galaxy Zoo, que logró involucrar a más de 250.000 personas de todo el mundo para clasificar galaxias en función de su morfología. La razón de este éxito se explica porque en la CSA colaboran científicos, programadores de software y educadores cuyo objetivo es llevar a cabo proyectos profesionales de investigación en Internet hechos exclusivamente por no investigadores. Este tipo de programas emplea el tiempo, la habilidad y la energía de “ciudadanos científicos” que colaboran de un modo voluntario y desinteresado. Lo que buscan es al mismo tiempo progresar en el conocimiento científico y potenciar el entendimiento del gran público hacia la ciencia y su funcionamiento.

Cualquier persona puede compartir la excitación de participar en un descubrimiento mientras presta una valiosísima ayuda a la comunidad científica. Y es que actualmente se genera una ingente cantidad de información en los proyectos de investigación de muchas disciplinas. A medida que han aumentado los datos debido al rápido descenso del coste de los ordenadores, los detectores, la banda ancha o el almacenamiento de la información, los métodos tradicionales para procesarlos ya no son igual de útiles. Así, aunque la computación y los nuevos softwares pueden tratarlos en grandes cantidades, no siempre reemplazan adecuadamente al Homo sapiens. La evolución del cerebro humano hace que seamos capaces de detectar muy bien patrones, una habilidad de la que tendríamos que aprovecharnos siempre que fuera posible. Al comienzo de la avalancha de información (por ejemplo para catálogos de imágenes del cielo), los investigadores reclutaron a más colaboradores y estudiantes para su análisis y estudio, pero pronto se vio que en muchos campos que se trataba de un cuello de botella. Ninguna institución académica disponía de suficiente personal para ello. Por fortuna, la web, con su capacidad de llegar a una enorme audiencia, permitió pedir ayuda para determinados proyectos científicos.

Chris Lintott, astrónomo de la Universidad inglesa de Oxford, y miembro de la CSA (además de co-presentador del veterano programa de la BBC Sky at Night, de Patrick Moore), resume en qué consiste Moon Zoo: “Necesitamos usuarios de la web de todo el mundo que nos ayuden a interpretar las increíbles nuevas imágenes de la superficie lunar que está enviando la sonda LRO. Por ejemplo, si se invierten sólo cinco minutos en contar los cráteres de una zona fotografiada, se estará realizando una valiosa contribución a la ciencia y, quién sabe, incluso se pueda encontrar alguna vieja nave espacial rusa.” La capacidad humana de detectar patrones antes mencionada (en este caso, los cráteres), unida a un elevado número de participantes, hace que proyectos de este tipo funcionen y generen buenos resultados.

Los científicos planetarios, como los del Instituto Lunar y Planetario en Houston (Texas, EE.UU.), están particularmente interesados en saber cuántos cráteres aparecen en cada zona de la Luna para poder determinar la edad y profundidad del regolito (la capa más superficial) de su corteza. Esta iniciativa también permite detectar los cráteres de impacto recientes, que pueden aportar pistas acerca de los riesgos potenciales de las lluvias periódicas de meteoros sobre el sistema Tierra-Luna. Y esto no es todo: según la investigadora Katherine Joy, del Instituto de Houston mencionado y miembro del equipo científico de Moon Zoo, hará posible descubrir lugares de gran interés geológico nunca vistos antes y clarificar en buena medida la historia de las etapas de bombardeo meteorítico de la Luna.

Moon Zoo es una clara muestra de lo que se ha venido en llamar “exploración participativa”: da la oportunidad a todo el mundo de colaborar en el análisis de las imágenes tomadas por la cámara de la Lunar Reconnaisance Orbiter para avanzar en el conocimiento de nuestro satélite. ¿Qué descubrimientos vamos a hacer?